Eslovenia ha empezado este miércoles a levantar barreras en la frontera con Croacia con las que espera controlar mejor el flujo constante de refugiados que viajan a través de ese país hacia Austria y Alemania. Según anuncia la televisión eslovena TvSlo, las vallas de alambre tendrán una altura de 1,8 metros.
La instalación se inició cerca de la localidad fronteriza eslovena de Obrezje, al oeste de Zagreb, así como en torno al paso fronterizo de Gibina, más al norte de la frontera común entre esos dos país, confirma la agencia de noticias eslovena STA.
Es muy probable que también se coloque en otros puntos, a juzgar por los movimientos que esta madrugada han hecho agentes de la Protección Civil y del Ejército esloveno, informa la prensa local. Los efectivos llevaron grandes cantidades de alambre a varias localidades situadas a lo largo de la frontera, de 670 kilómetros, entre Eslovenia y Croacia.
Mientras tanto, prosigue el tránsito de refugiados. Este miércoles han llegado desde Croacia a la localidad fronteriza eslovena de Dobova dos trenes, con unos 2.000 refugiados. Según datos oficiales, ayer entraron en Eslovenia unos 7.500 refugiados, aunque las autoridades prevén que esta cifra aumente en los próximos días ya que se calcula que en estos momentos unos 30.000 refugiados están atravesando Grecia.
El primer ministro esloveno, Miro Cerar, dijo ayer que las barreras serán temporales y que con su instalación se tratará de impedir entradas incontroladas. En todo caso, prometió que la frontera seguirá abierta para la llegada de un número sostenible de refugiados. Según argumentó, los acuerdos de la UE no se cumplen y que Austria y Alemania admite solo unos 6.000 refugiados por día.
En la vecina Austria, el Gobierno tiene previsto anunciar este miércoles el alcance y la forma de una valla que pretende construir en el punto fronterizo de Spielberg, a través del cual entran los refugiados procedentes de Eslovenia.
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