El Gobierno austriaco ha tomado la decisión de reforzar sus fronteras por la crisis de refugiados y admitido por primera vez este miércoles que lo hará con la construcción de una valla.
"Por supuesto, se trata de una valla", ha dicho la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner, en una entrevista con ORF, la emisora de radio pública del país.
Mikl-Leitner ha defendido la medida alegando el comportamiento violento de los refugiados en la frontera con Eslovenia, debido a su impaciencia por entrar cuanto antes en el país y continuar su ruta hacia Alemania.
El Gobierno alemán ha sido el blanco de las críticas de la ministra austriaca, que ha acusado a Berlín de haber desencadenado "un flujo de refugiados sin precedentes" con su anuncio de que no deportaría a los refugiados sirios.
Esta semana el Gobierno bávaro ha acusado a Austria de no haber sabido gestionar la crisis de refugiados, aumentando la tensión con el país vecino.
Por su parte, Liubliana también ha anunciado la construcción de una valla en su frontera con Croacia debido a la crisis de refugiados que vive el país.
A diferencia de la ministra de Interior austriaca, el canciller esloveno, Karl Erjavec, se ha referido a la construcción de esta valla con el término de "obstáculo físico".
Hasta el pasado martes, cerca de 90.000 refugiados han entrado en este pequeño país de los Balcanes, de dos millones de habitantes, en su ruta hacia Alemania.
Según el diario tageszeitung, la decisión de Viena podría incrementar la tensión en el municipio fronterizo de Šentilj, donde se concentra el mayor número de refugiados en estos momentos.
Según los datos actualizados de la agencia Frontex, 710.000 migrantes entraron en la UE entre enero y septiembre de este año.
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