La policía belga ha arrestado este jueves a nueve personas en Bruselas en relación con los ataques en París, ha informado la fiscalía en un comunicado, según la agencia France Presse.
Siete de los arrestados tienen conexión con el terrorista Bilal Hadfi, que el viernes se hizo estallar en las inmediaciones del Estadio de Francia. Las detenciones se han realizado durante registros en diferentes puntos de la capital belga.
Mientras se desarrollaba esta operación policial, el Gobierno belga ha presentado un paquete de medidas que pretenden garantizar la seguridad del país. "A los yihadistas retornados: su lugar es la cárcel". El primer ministro belga, Charles Michel, ha presentado 18 iniciativas para garantizar la seguridad y reforzar la vigilancia sobre sospechosos de cometer un atentado. Entre ellas, el líder propone llevar a prisión a cualquier ciudadano que regrese de hacer la yihad (guerra santa) desde Siria.
"Probablemente habrá otros ataques, otras tragedias, pero no vamos a ceder", declaró el primer ministro durante su intervención en la que rechazó de manera frontal cualquier crítica a la gestión belga de la crisis terrorista que sufre el país, de donde procedían la gran mayoría de autores de la masacre. Al menos dos de ellos, el supuesto cabecilla Abdelhamid Abaaoud y Salah Abdeslam —el primero murió el miércoles en un asalto policial en Saint-Denis (Francia) y el segundo está en paradero desconocido—, habían residido en el distrito de Molenbeek, al noroeste de Bruselas. Se trata de un barrio con estrechos lazos yihadistas pues los atacantes del satírico semanal francés Charlie Hebdo en enero, del 11-M en 2004 y el del Thalys (tren de alta velocidad con trayecto Ámsterdam-París) también procedían de esta zona.
El Gobierno francés y sus mandos policiales han expresado sus quejas por “los fallos de seguridad” registrados, informa Carlos Yárnoz. La matanza del viernes en París fue preparada en Bélgica y de ese país partieron buena parte de los integrantes del amplio comando que la cometió. También de ese país partieron los tres coches utilizados por los yihadistas. Y a Bélgica regresó uno de los presuntos cabecillas del grupo. Varios de ellos estaban fichados por la policía belga. Algunos habían estado en Siria, pero fueron dejados en libertad tras regresar a Bruselas.
Entre las 18 medidas, que aún se tienen que aprobar, la más restrictiva es la de privación de libertad a los terroristas retornados. El Gobierno propone también que los sospechosos fichados por el Organismo de Análisis de Amenaza (OCAM, por sus siglas en francés) lleven un brazalete electrónico. El OCAM es la oficina gubernamental que se encarga de determinar la alerta terrorista del país, actualmente establecida en el nivel tres (amarilla) de cuatro existentes.
En Molenbeek —que tendrá su propio plan de "prevención y represión", del que aún no hay detalles—, con una altísima densidad de población, en su mayoría árabe y de religión musulmana, hay más de 16 mezquitas. Muchos de los ciudadanos radicalizados acudían también a estos templos y el Gobierno belga ha querido hoy lanzar un mensaje a aquellos predicadores que inciten al odio: "Serán excluidos y puestos bajo arresto domiciliario, privados de libertad o deportados", explica la décima medida. A ella le sigue el "desmantelamiento" de lugares de culto no reconocidos de manera oficial. "El fanatismo es un veneno que nos quiere destruir y es el deber de los demócratas combatirlo preservando el Estado de derecho", subrayó.
También plantea una modificación de la Constitución para ampliar la detención preventiva de 24 a 72 horas o la posibilidad de efectuar registros las 24 horas en caso de infracciones terroristas, lo que pondría fin a la excepción entre las 21.00 y las 05.00, prevista actualmente. La lista de medidas se completa con la ampliación de la red de cámaras de reconocimiento de matrículas y el cierre de páginas web "que predican el odio".
Para todo ello, el Gobierno utilizará un fondo extraordinario de 400 millones de euros destinado a la seguridad y la prevención del terrorismo. "El riesgo que tenemos ante nosotros es el hundimiento del proyecto europeo si no asumimos bien nuestras responsabilidades", exclamó Michel en un discurso en el que llamó a "la unidad contra los enemigos de la libertad". Bélgica anunció que participarán "de manera activa" en la lucha contra el Daesh (acrónimo en árabe para referirse al Estado Islámico). De hecho, el Gobierno ha enviado a la fragata Leopold I para escoltar al portaaviones francés Charles de Gaulle que se dirigen rumbo a Siria por el Mediterráneo. "Es fundamental garantizar la seguridad con los aliados", explicó el primer ministro.
Aunque desde el pasado viernes la frontera franco-belga está altamente vigilada —incluida la estación de tren internacional, al sur de Bruselas— Michel quiere más. Propone, por tanto, un despliegue de 520 militares en las fronteras y la revisión del código de instrucción criminal, con nuevas tecnologías y métodos de investigación, como el Registro de Nombres de Pasajeros (PNR, por sus siglas en inglés).
Precisamente del PNR será uno de los puntos clave en el consejo de ministros de Interior y Justicia que se celebrará mañana viernes en Bruselas. Bélgica, de momento, quiere tener su propio sistema de registro de pasajeros independientemente de su mañana los ministros del ramo lo aprueban a nivel europeo.
Michel insistió en la necesidad de "reforzar las fronteras europeas" para lo que habría que establecer una relación estratégica con Turquía (...) para que los refugiados sirios puedan trabajar en el país y tener una acogida de calidad".
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