El primer ministro británico, David Cameron, ha inaugurado “la fase formal” de la renegociación de la relación de Reino Unido con Europa, con un discurso en el que ha defendido que la permanencia en una UE reformada es la mejor manera de defender “no solo la prosperidad económica, sino también la seguridad nacional” de su país.
“Las amenazas a nuestra seguridad han crecido en los últimos años, desde la invasión rusa de Ucrania oriental, al surgimiento del Estado Islámico y la crisis migratoria desatada por la guerra en Siria”, ha recordado. “Reino Unido siempre ha sido una nación comprometida, porque sabemos que el compromiso es la mejor manera de proteger nuestra económica y nuestra seguridad nacional. Para nosotros, la cuestión europea no es solo un asunto de empleos y comercio, sino de la seguridad de nuestra nación”.
La explicita vinculación de la pertenencia a la UE con la seguridad nacional, así como su disposición a negociar en el controvertido punto de la limitación de ayudas públicas a los trabajadores europeos, han destacado en un discurso en el que Cameron ha querido dejar claro que sus peticiones son sustanciales pero, a la vez, asequibles.
El referéndum sobre la permanencia en la UE, que deberá celebrarse antes del final de 2017, “es quizá la decisión más importante que los británicos van a tomar en las urnas en sus vidas”, ha dicho Cameron. Y ha insistido en que afronta la negociación “con una visión más práctica que emocional; con la cabeza, no con el corazón”.
Apelando a quienes, dentro y fuera de Reino Unido, albergan dudas sobre las posibilidades de éxito de la negociación, ha reiterado que “ni por un minuto” cree que se trate de “una misión imposible”. “La UE tiene un historial de resolver problemas intrincados”, ha asegurado. “Y podrá resolver este también. Propongámonos hacerlo, por tanto, porque la recompensa es grande”.
El primer ministro ha expuesto las cuatro principales demandas que trasladará a sus socios europeos en los próximos meses, y que ha dejado por escrito en una carta que ha remitido al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y que se ha hecho pública poco después de que Cameron finalizara el discurso en la Chatham House, un laboratorio de ideas londinense. Los cuatro puntos, en el orden en que el primer ministro los ha mencionado, son:
1. La puesta en marcha de mecanismos para asegurar la protección de los intereses de los países fuera del euro frente a los avances en la integración de la eurozona.
2. Que la competitividad “esté grabada en el ADN de la Unión Europea”, lo que implica “recortar las cargas impositivas a las empresas”.
3. “Eximir a Reino Unido del principio de una unión cada vez más estrecha” y “reforzar los Parlamentos nacionales”, no solo con palabras cálidas sino mediante “reformas legales irreversibles”.
4. “Afrontar los abusos del principio de libre circulación de personas” y permitir a Reino Unido controlar la migración procedente de la UE.
Este último punto se antoja el más probemático a la hora alcanzar un acuerdo con sus 27 socios europeos. Implica, ha explicado David Cameron, que los migrantes europeos no podrán reclamar ayudas públicas mientras estén buscando trabajo. “Si aquellos que vienen de la UE no han encontrado empleo en seis meses, podrán ser obligados a marcharse”, ha explicado. “Y hemos propuesto”, ha añadido, “que las personas que vienen a Reino Unido desde la UE deberán vivir aquí y contribuir durante cuatro años antes de tener derecho a solicitar ayudas”.
La Comisión Europea, a través de su portavoz Margaritis Schinas, ha declarado esta mañana que la petición de Cameron de restringir el derecho de los migrantes europeos a reclamar ayudas es “altamente problemática”.
Cameron ha asegurado que “comprende lo difícil que algunos de estos asuntos sobre las ayudas son para otros Estados miembros”. Y ha indicado que está abierto a “diferentes maneras de abordar este asunto”.
Dada la dificultad de una reforma de los tratados, Cameron ha aclarado que le bastaría con “un compromiso de realizar cambios legales vinculantes”, similar al modelo del protocolo danés.
El tenor de la carta remitida al presidente del Consejo también sugiere su disposición a abordar con flexibilidad este asunto “difícil”. “Espero discutir más a fondo estas propuestas para poder encontrar una solución”, escribe.
En su carta de seis páginas, David Cameron advierte a Donald Tusk de que Reino Unido debe ser capaz de reducir el “altísimo nivel” de migración europea para que el primer ministro pueda hacer campaña por la permanencia “con todo el corazón y toda el alma”.
Pero insiste en su disposición a negociar en este punto en que cuenta con una fuerte oposición de países del este como Polonia, del que Tusk fue primer ministro.
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