domingo, 15 de noviembre de 2015

Francia aumenta la ofensiva, siguen los bombardeos en contra del Estado Islámico (EI) en Siria.

Los atentados de París se apoderaron de la décima cumbre del G20 desde el primer minuto, que los líderes de los países ricos y emergentes pasaron en silencio para recordar a las víctimas.
La cumbre, que comenzó este domingo en Antalya (Turquía), se transformó en un apresurado debate sobre cómo elevar los controles en fronteras y aeropuertos para neutralizar amenazas terroristas. En el frente militar, EE.UU. anunció que trabaja con Francia para “aumentar la intensidad de los ataques aéreos” contra el Estado Islámico (EI).


Vladímir Putin está acostumbrado a ser el protagonista de las últimas cumbres del G20. Lo fue en la anterior, en Brisbane (Australia), que se apresuró a abandonar ante las críticas por la incursión rusa en Ucrania. Y, tras los atentados de París, lo es en ésta, donde el objetivo de la UE y EE UU es convencer a Rusia, aliada del régimen de Bachar el Asad, de que concentre sus ataques en el Estado Islámico, y no en la oposición moderada al régimen sirio.

A falta de acuerdos, valen los símbolos. Putin y el presidente de EE UU, Barack Obama, escenificaron en la cumbre un acercamiento con una cita improvisada, de una media hora de duración según la delegación rusa. Un portavoz de la Casa Blanca la tildó de “constructivo".

Por su parte, París ya ha iniciado una intensa ofensiva de bombardeos sobre la ciudad siria de Raqa, la autoproclamada capital de los yihadistas. Francia ha lanzado un ataque masivo sobre un campamento del grupo terrorista cerca de Raqqa. Fuentes del ministerio francés de Defensa indicaron que en total se lanzaron una veintena de bombas desde diez cazas, un ataque de mayor envergadura de los que hasta ahora venía haciendo la aviación francesa en Siria.

“El principal interés del G20 suele ser la economía, pero los tristes incidentes [del viernes] nos muestran que no podemos ignorar la relación entre la economía, la política y la sociedad”. Las palabras con la que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, abrió la cumbre de las 20 mayores economías avanzadas y emergentes trataban de reconciliar el hecho de que este foro lleva meses preparándose en torno a asuntos económicos, migratorios y medioambientales, con la urgencia de encontrar maneras de reforzar la seguridad frente a la amenaza del terrorismo.

“Espero que esta cumbre del G20 sea un momento histórico para la lucha contra el terrorismo y la crisis de los refugiados”, añadió Erdogan, “el mundo tiene sus expectativas puestas en nosotros”. Por lo pronto, los líderes del G20 han decidido plasmar el resultado del debate en un comunicado aparte del que habitualmente publican al cierre de la cumbre, que tendrá lugar este lunes.

En el borrador del comunicado en discusión, el grupo de países avanzados y emergentes plantea la necesidad de redoblar los controles en fronteras y aeropuertos para evitar nuevas acciones terroristas, como las que se atribuye el ISIS.

Además del ataque múltiple en París, que ha acabado con la vida de 129 personas, en el último mes también hubo un atentado terrorista en Ankara contra una marcha organizada por grupos prokurdos, que dejó 102 muertos. Y un avión ruso explotó en el aire tras salir de Egipto (224 víctimas), en lo que los servicios de inteligencia occidentales consideran otra acción terrorista del ISIS.

Ante la escalada de atentados, los Gobiernos occidentales se plantean la necesidad de una intervención más decidida en la guerra de Siria, donde combaten el ISIS, las milicias kurdas, lo que la UE y EE UU califican de “oposición moderada” y el régimen de Bachar el Asad, junto a milicias chiíes afines y combatientes iraníes y libaneses.

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