La compañía, que asegura disponer de un sistema de cifrado de comunicaciones seguro, ha borrado unos 78 perfiles públicos de usuarios vinculados al Estado Islámico, autores del atentado de París, que dejó 129 víctimas mortales.
La empresa desarrolladora de la «app», que cuenta con más de sesenta millones de usuarios en todo el mundo, se ha convertido en la primera firma tecnológica en mostrar su repulsa hacia los terroristas después de recibir numerosas críticas al utilizarse, supuestamente, como herramienta de captación de nuevos yihadistas y propaganda islamista. Para evitar que estos hechos se repitan, la firma ha adelantado que incorporará próximamente mecanismos de denuncia pública.
Creado hace dos años por Pavel Durov, exiliado fundador de una red social rusa, Telegram se ha convertido en el paradigma de las comunicaciones seguras a través de internet móvil. Desde hace dos meses, miembros de ISIS comenzaron a utilizarla para difundir informaciones y vídeos de sus victorias militares. Los terroristas incluso la han utilizado para reivindicar los atentados de París y la explosión de un avión en Rusia, en el que murieron224 personas.
La compañía asegura haber sido sido capaz de identificar y bloquear 78 canales públicos de difusión relacionadas con el ISIS en 12 idiomas. «Nos molestó enterarnos de que los canales públicos de Telegram estaban siendo utilizados por ISIS para difundir su propaganda», explica a través de un comunicado emitido este miércoles. Esta decisión se produce una semana después de que Twitter, red de «microblog» con 316 millones de usuarios, comenzara a borrar cuentas vinculadas al Estado Islámico por violar los términos de uso de la plataforma. «Mientras comenzamos a bloquear terroristas relacionados con ISIS podemos decir que no vamos a bloqueara cualquier persona que exprese pacíficamente sus opiniones», añade la empresa.
«Es una vergüenza ver París en manos de los socialistas cortos de miras que arruinan este hermoso lugar» Pavel Durov
A través de su perfil de Instagram, el propio Pavel Durov ha querido unirse a las condolencias de los familiares, aunque considera que el gobierno francés y los terroristas de ISIS son igual de responsables porque sus políticas y falta de cuidado ha conducido a la tragedia. «Cogen el dinero de la gente trabajadora de Francia con altos impuestos y lo gastan en librar guerras inútiles en el Medio Oriente. Es una vergüenza ver París en manos de los socialistas cortos de miras que arruinan este hermoso lugar. Espero que ellos y sus políticas desaparezcan para siempre y esta ciudad vuelva a brillar en todo su esplendor. Segura, rica y bonita», proclama.
No es algo reciente, pero los terroristas utilizan sistemas informáticos que garantizan la encriptación de los mensajes enviados. Muchas aplicaciones y plataformas cuenta con chats privados que permiten comunicarse entre varias personas. No es de extrañar el revuelo montado alrededor de la supuesta información que aseguraba que los terroristas habían utilizado la consola PlayStation 4 para ponerse en contacto, una información desmentida horas después por los responsables del artículo de «Forbes». Se trató de una confusión.
Servicios online en entredicho.
Sin embargo, la vigilancia sobre los servicios de internet está a la orden del día. Hay incluso videojuegos online que incorporan formas de comunicación bidireccional. No es de extrañar, por tanto, que se conociera que la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. vigila a los jugadores del popular juego de rol «World of Warcraft» o el simulador «Second Life», según desveló Edward Snowden, técnico de la CIA que filtró la existencia del caso Prism, de espionaje masivo.
De las compañías presuntamente afectadas solo Blizzard Entertainment, basada en California, se pronunció entonces al respecto. «Desconocemos que haya ocurrido ningún tipo de vigilancia. Si se ha producido, habría sido llevado a cabo sin nuestro conocimiento o permiso», indicó un portavoz de la compañía en un comunicado. Entre las tecnologías rastreadas también figuraría el servicio Microsoft, Xbox Live, y PlayStation Network, de Sony. La dificultad radica que en este tipo de servicios se utiliza una dirección IP, más difícil de rastrear que una llamada telefónica convecional.
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