El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó que fue "escéptico" desde el principio con la idea de entrenar un "ejército" de rebeldes sirios que lucharan contra el Estado Islámico (IS), y admitió que su programa "no funcionó" porque esos combatientes están centrados en luchar contra Bachar Al Asad.
"Fui escéptico desde el principio respecto a la noción de que íbamos a crear eficazmente un ejército de apoderados dentro de Siria", dijo Obama en una entrevista emitida por la cadena CBS News.
El viernes, el Pentágono dejó atrás un esfuerzo para entrenar a decenas de miles de rebeldes sirios en el combate al IS, un plan que no había tenido impacto en el campo de batalla, para lanzar una estrategia mucho más reducida que equipará a líderes de grupos árabes y kurdos que ya están luchando contra los yihadistas.
"No hay ninguna duda de que no funcionó", dijo Obama sobre el multimillonario plan del Pentágono. "Mi objetivo ha sido poner a prueba la idea de si podíamos entrenar y equipar a una oposición moderada que esté dispuesta a luchar contra el IS. Y lo que hemos aprendido es que mientras que Al Asad permanezca en el poder, es muy difícil lograr que esa gente centre su atención en el IS", añadió.
Obama se defendió de quienes le acusan de haber fracasado en su estrategia en Siria al asegurar que "en una situación tan volátil, no hay fórmulas mágicas", y afirmó que no hará grandes cambios en su táctica militar.
"Estamos dispuestos a trabajar diplomáticamente y, donde podamos, apoyar a la oposición moderada que pueda ayudar a convencer a los rusos y los iraníes depresionar a Al Asad para una transición. Pero lo que no vamos a hacer es intentar reinsertarnos en una campaña militar dentro de Siria", sostuvo el mandatario.
Obama sugirió que los ataques aéreos de Rusia sobre Siria son una señal de lacreciente debilidad del mandatario ruso, Vladímir Putin, que "está dedicando sus propias tropas, su propio Ejército, simplemente a mantener en pie, colgando de un hilo, a su único aliado" en Oriente Medio.
"El hecho de que tuvieran que hacer esto no es una señal de fuerza, es una señal de que su estrategia (en Siria) no funcionó", dijo.
El mandatario aseguró que, cuando se reunió con Putin a finales de septiembre en Nueva York, dos días antes de que Rusia lanzara sus primeros bombardeos en Siria, ya intuía que eso iba a ocurrir.
"Tenemos información de inteligencia bastante buena. Sabíamos que estaba planeando proporcionar la asistencia militar que Al Asad necesitaba, porque estaban nerviosos sobre un potencial colapso inminente del régimen", afirmó.
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