«Parecía un buen conocedor de los asuntos y era capaz de hablar con todo detalle de las operaciones de la CIA. Estaba deseando escuchar su versión de cada historia».
Quien así se expresa es el general retirado Paul Vallely, habitual colaborador televisivo de Wayne Simmons, quien fue detenido este jueves acusado de los delitos de falso testimonio y de fraude contra los Estados Unidos. Tras una larga investigación, la Fiscalía del Estado había llegado a la conclusión de que el habitual analista de la cadena Fox había falseado la práctica totalidad de su currículum a partir de unos supuestos 27 años de servicio como agente la CIA (Agencia Central de Inteligencia), los que le habían permitido formar parte del elenco de comentaristas expertos en seguridad y contraterrorismo. La investigación adquirió tintes casi cómicos cuando la Fiscalía comprobó que Simmons sí llegó a trabajar unos meses para la CIA, a través de una subcontrata, a la que engañó con su falso historial.
Si el ingreso en prisión provisional de Simmons por orden del juez de la Corte de Alexandria (Virginia) provocó sorpresa entre sus colegas analistas y en la cadena de televisión, donde eludieron comentar la noticia, entre los vecinos causó perplejidad: «Nunca habría dudado de él», aseguró David Zeyher al Washington Post entre avergonzado e incrédulo. Y más aún cuando recordó el libro que Simmons había escrito hace unos años con el título «La Directiva Natanz», basado en «sus propias experiencias, según me aseguró». Mientras el coautor del libro, Mark Graham, declinó hacer comentarios, todavía en la página web del presunto defraudador puede leerse el comentario de Donald Rumsfeld, secretario de Defensa durante la Administración Bush, sin que se sepa a ciencia cierta si responde a la realidad: «Wayne Simmons no sólo lo escribe. Lo vive. Y por eso él y Marc Graham pueden llamarlo thriller de espías en el sentido más estricto».
Según pudo comprobar este corresponsal, el libro puede comprarse todavía en cualquiera de las librerías digitales, aunque sólo en su versión en inglés.
Colaboró en 2008 y 2009
Pero no sólo de libros vivió Simmons. La osadía que suele atribuirse a aquellas personas que se inventan su propio historial no le fue ajena en otros episodios. Como la que le permitió departir en cenas organizadas por el Partido Republicano para recaudar fondos, en las que se presentaba como «exagente de la CIA», o como las apariciones televisivas en las que se mostraba más atrevido. Sirva de ejemplo una tertulia en la que se criticaba una fallida operación de la llamada Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, que entre otras cosas se dedica a combatir el fraude, sobre la que Simmons fue así de contundente: «Es una de las operaciones más incompetentes que he visto nunca».
Según constató la investigación oficial, la única relación que el acusado tuvo con la CIA se produjo, de forma indirecta, mucho más tarde que entre los años 1973 y 2000 en los que Simmons sitúa su relación laboral con la Agencia. Fue en dos ocasiones, entre 2008 y 2009, cuando, obteniendo autorizaciones mediante su falseado currículum, logró trabajar para sendas subcontratas.
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