Google, y concretamente Android como sistema operativo, podrían encontrarse en graves problemas judiciales.
La Unión Europea podría estar preparando una denuncia por prácticas de antimonopolio.
La cosa pinta mal, ya que los rivales directos del gigante de Internet han recibido la petición de entregar a los poderes reguladores que preparan el caso ciertos documentos. No obstante, parece que los reguladores han pedido eliminar toda mención de secretos o futuros proyectos que se puedan encontrar bajo desarrollo en los documentos .
Google bajo la lupa de la Unión Europea
De esta manera, los que, presumiblemente, se están encargando de preparar el caso contra Google, podrían mostrar versiones no confidenciales de estos documentos, lo que no violaría cualquier supuesto acuerdo de no divulgación. Esta información proviene de varias fuentes que han preferido ejercer su derecho al anonimato.
Y es que el gigante de Internet está bajo un intenso escrutinio después del caso que ocurría hace un año, cuando la Unión Europea fijaba sus miras esta vez en el servicio de comparativas que ofrece Google a la hora de realizar compras. Por lo que hemos podido saber gracias a BloomBerg Business, el negocio publicitario de la compañía de la gran G está siendo escudriñado a su vez.
No obstante, parece la riñas de Google y la Unión Europea datan del año 2013, cuando el organismo europeo recibió las primeras quejas del sistema operativo Android para móviles. La Unión Europea inició una investigación el año pasado, y examinó al detalle los contratos que Google mantenía con los fabricantes, a la vez que las aplicaciones que venían de fábrica en ciertos dispositivos.
Asimismo, el organismo europeo está investigando actualmente si la firma con base en California ha instigado a los fabricantes a obstaculizar el desarrollo de sus propias versiones de Android, lo que tendría importantes repercusiones tanto legislativas como económicas.
Como ejemplo, el año pasado el organismo encargado de las prácticas anti-competitivas en Rusia redactó un auto en el que ordenaba a Google alterar sus acuerdos con los principales fabricantes de dispositivos móviles. Y es que según el organismo ruso, los anteriores contratos aseguraban un mayor dificultad para los desarrolladores de aplicaciones en Android.
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