Los responsables de HP presentaron ayer los resultados para los tres primeros meses del año fiscal 2016, y las cifras fueron decepcionantes: los ingresos netos cayeron un 12%, y sus divisiones de equipos de escritorio y portátiles se vinieron abajo: portátiles un 11%, sobremesas un 14% y estaciones de trabajo un 16% con respecto al mismo periodo que el año pasado.
Esos datos fueron además especialmente preocupantes si tenemos en cuenta que a estas alturas el lanzamiento de Windows 10 debería haber ayudado a impulsar las ventas de estos equipos o al menos a suavizar la caída de esas ventas. En HP, no obstante, tienen claro que la promesa de que Windows 10 podría mejorar la situación no se ha cumplido.
Windows 10 no ayuda como se esperaba
El CEO de la división HP Ink, Dion Weisler, explicaba ayer a inversores y analistas en una teleconferencia que aunque Windows 10 es un sistema operativo fantástico, no habían notado aún "la estimulación de la demanda que muchos anticipaban y que esperábamos tener".
Los problemas del negocio de HP no solo se limitan a los PCs o portátiles, sino también a su negocio de impresión, en el que Windows 10 no tenía implicación ninguna. La caída allí fue aún mayor -un 17%- lo que resulta especialmente llamativo para una empresa que ha tratado de seguir apostando por este tipo de soluciones convencionales.
Habrá por tanto que vigilar muy de cerca a esta empresa, pero el futuro de la venta de PCs y portátiles e incluso de impresoras parece comprometido por el auge de otros tipos de dispositivos y la presencia absoluta del móvil como elemento clave de la rutina diaria de millones de personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario