El profesor de la Universidad de Jiroshima, Hiroyuki Inoue, utilizó un Toyota Corolla Fielder del año 2013, un conector de Wi-Fi y un teléfono inteligente para demostrar los riesgos de la conexión a la red para el "cerebro" de un vehículo moderno, informa la agencia Kyodo.
El científico consiguió subir y bajar las ventanas, cerrar las puertas y finalmente bloqueó el acelerador al engañar el sistema electrónico del vehículo.
El coche estaba parado mientras el marcador de velocidad informaba al conductor de que viaja a 180 kilómetros por hora.
El objetivo del experimento ha sido llamar la atención de los fabricantes de vehículos a los problemas de seguridad que podrían surgir cuando aparecen los primeros coches sin conductor cuyo estreno en Japón está previsto para 2020.
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