lunes, 30 de noviembre de 2015

En Francia hay 150 mandatarios en la cumbre mundial del clima, auspiciado por la ONU.




150 jefes de Estado y de Gobierno abren este lunes en París la Cumbre del Clima auspiciada por la ONU.
Antes de los atentados sufridos en la capital de Francia, 117 habían anunciado su asistencia. Una treintena se ha sumado después. Ha funcionado la solidaridad contra el terrorismo, pero también la urgencia de reaccionar contra la contaminación causada por la actividad humana. El jefe del Estado francés, François Hollande, recibió ayer a Xi Jinping y Justin Trudeau, presidente y primer ministro de China y Canadá, respectivamente, dos países emblemáticos en la lucha contra el cambio climático.

Los jefes de Estado y de Gobierno participan este lunes en París en la apertura de la Cumbre. Es un acto protocolario de una sola jornada. Comenzarán con un minuto de silencio por las víctimas de París del 13 de noviembre (130 muertos y casi 300 heridos), una gran declaración de Hollande, un turno de palabra, un almuerzo y, finalmente, una cena del Gobierno francés en el Elíseo en honor del presidente de Estados Unidos Barack Obama.

La mayoría de los mandatarios apenas si estarán 24 horas en la capital francesa. Atrás dejarán a los negociadores para tejer un acuerdo capaz de frenar el calentamiento global durante este siglo. Pero su presencia en París tiene valor político en opinión del presidente de la cumbre, el ministro de Exteriores Laurent Fabius, que ha asegurado en el centro de conferencias de Le Bourget, donde se celebra la cumbre, que esta reúne todas las condiciones para que sea un éxito. “Pero todavía no se ha logrado”, advirtió.

Hollande ha dado prioridad la víspera de la Cumbre a dos países que han cambiado sus posiciones en la lucha contra el cambio climático. El domingo almorzó con el primer ministro canadiense Justin Trudeau, que se alzó con la victoria electoral en octubre pasado. Frente al anterior gobierno conservador, el de Trudeau se ha sumado a la lucha contra el cambio climático y es uno de los 170 países que ha presentado un plan nacional para ello. Trudeau, además, ha aprobado una ayuda de 1.900 millones de euros en cinco años para ayudar a países en desarrollo. Canadá es también uno de los países de mayor contaminación por habitante. Por otro lado, el primer ministro liberal, que ha asegurado tras el almuerzo estar dispuesto a unir sus fuerzas a las de Francia contra el cambio climático, es reticente a seguir en la coalición internacional contra el ISIS que Hollande intenta ahora fortalecer.

Por la noche, François Hollande cenó con el presidente chino Xi Jinping, al que le une también un doble interés. China es hoy el país que más contamina. Es responsable del 27% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Temerosa de frenar su empuje económico, no suscribió el acuerdo precedente, el Protocolo de Kioto. Ahora ha presentado un plan nacional con el que empezar a reducir esas emisiones a partir de 2030 y ya es el campeón mundial de una energía limpia: la solar. China es, además, el único miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU con el que Hollande no se había reunido todavía la semana pasada, dedicada a su ofensiva diplomática para reforzar la coalición internacional contra el ISIS en Irak y Siria.


El terrorismo y el cambio climático, los dos grandes desafíos del siglo XXI, en palabras de Fabius, serán en ocasiones indisociables en la reunión de hoy, celebrada en una ciudad con espectaculares medidas de seguridad y en pleno estado de excepción por amenaza terrorista. Aquí se encontrarán por vez primera desde el derribo de un caza ruso por parte de Turquía el martes pasado el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el ruso Vladímir Putin. Anoche también, Obama depositó flores, junto a Hollande, a las puertas de la sala Bataclan, donde el 13 de noviembre murieron 89 de las 130 víctimas mortales de los atentados.

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