China no participa activamente en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS), pero ya cuenta con su primera víctima a manos de este grupo.
Fan Jinghui, un consultor del que se anunció su captura el pasado septiembre, ha sido asesinado junto al ciudadano noruego Ole Johan Grimsgaard Ofstad, según ha anunciado el ISIS y ha confirmado Pekín.
“El Gobierno chino seguirá potenciando su cooperación con la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo y en defensa de la paz mundial”, ha asegurado el Ministerio de Exteriores en un comunicado. El presidente chino, Xi Jinping, en una declaración al margen de la cumbre de la APEC en Manila ha condenado enérgicamente el atentado. “El terrorismo es el enemigo de todos los seres humanos. China se opone firmemente a todo tipo de ideología terrorista y combatirá con decisión toda actividad terrorista que desafíe a la humanidad”.
Pekín, según el Ministerio de Exteriores, “ha estado extremadamente preocupado por la seguridad de Fan Jinghui desde su secuestro” y ha hecho “todos los esfuerzos posibles” para lograr su rescate. Pero con desprecio por la conciencia humana y los límites de la moralidad, la organización terrorista perpetró de todos modos esta acción violenta a sangre fría”.
El ISIS, que en septiembre había anunciado la captura de los dos rehenes con una fotografía de ambos vestidos con un mono amarillo y la leyenda “En venta” en su publicación Dabiq, ha asegurado que los ha “ejecutado tras ser dejados a su suerte por Gobiernos y organizaciones infieles”.
Aunque la cumbre de la APEC tenía previsto dedicar sus conversaciones a la potenciación del comercio en la región de Asia Pacífico, el terrorismo se ha convertido -junto con las disputas territoriales en el mar del Sur de China- en uno de los grandes temas dominantes.
Los dos días de reunión se han desarrollado bajo una seguridad rayana en lo agobiante, a la sombra de los atentados de París y la operación policial subsiguiente para localizar a sus responsables. El dispositivo de seguridad ha bloqueado algunas de las principales calles de Manila y ha dejado el ya de por sí caótico tráfico de la capital en un estado de parálisis. Los líderes tienen previsto emitir este jueves, al cierre de sus conversaciones, un comunicado de condena al terrorismo.
“No permitiremos que el terrorismo amenace los valores fundamentales en que se basan nuestras economías, libres y abiertas”, afirma el documento, que alude a los ataques en París y Beirut y el derribo de un avión ruso sobre el Sinaí. Es urgente “intensificar la cooperación y la solidaridad entre los países en la lucha contra el terrorismo”.
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