Teherán y Moscú han impedido la caída de varios países de Oriente Próximo en manos de los yihadistas del Estado Islámico (EI) y Al Qaeda, estimó el politólogo iraní Seyed Mohammad Marandi, decano de la Facultad de Estudios Internacionales de la Universidad de Teherán.
"Irán y Rusia han prevenido la caída de la región en manos de estos extremistas a través del apoyo que brindan al Gobierno legítimo de Damasco", dijo en declaraciones a Sputnik Nóvosti.
Explicó que "si Siria hubiera caído, Irak habría colapsado, y luego Jordania y Líbano tendrían dificultades para sobrevivir".
El académico persa contrapuso los esfuerzos de Irán y Rusia a la política de EEUU y sus aliados regionales, que "apoyan a los extremistas wahabíes en Siria y otros países de la región".
Desde marzo de 2011, Siria vive un conflicto armado que ha causado más de 250.000 muertos, según estimaciones de la ONU.
Las tropas gubernamentales se enfrentan a distintos grupos armados, entre ellos el EI y el Frente al Nusra, vinculado con Al Qaeda.
Rusia, Irán, Irak y Siria crearon a fines de septiembre un centro informativo común en Bagdad para coordinar la lucha contra el EI.
Las principales funciones de este centro consisten en la recopilación y análisis de datos sobre la situación en Oriente Próximo en el contexto de la lucha contra los extremistas, la distribución de la información a los destinatarios y la transmisión operativa a los puestos de mando de los países participantes.
La aviación rusa bombardea las posiciones del EI desde el 30 de septiembre, tras una petición del presidente Bashar Asad.
En las tres semanas de operación, la aviación rusa ha llevado a cabo unos 900 ataques contra los yihadistas en los que ha destruido puestos de mando, campos de entrenamiento, almacenes de armas, fábricas de explosivos, núcleos de comunicaciones y otros objetivos del EI.
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