Después de seis modelos de relojes inteligentes diferentes Samsung ha aprendido algo y lo ha aprendido bien. El nuevo Gear S2, una de las grandes sorpresas de la feria IFA, es un excelente candidato que demuestra que Android Wear, la plataforma de Google que están usando otros fabricantes de smartwatch, puede estar frenando, en vez de impulsar, el despegue del reloj inteligente.
Vamos con algunos puntos básicos. Gear S2 es un reloj de tamaño discreto, con pantalla redonda de 1,2 pulgadas y que tiene como característica distintiva una esfera giratoria que permite navegar por las diferentes opciones del menú. Es una buena idea. Resulta intuitivo y fácil de usar y evita tener que poner el dedo en la pantalla para mostrar diferentes mensajes o desplazarse por un texto largo.
El reloj late gracias al sistema operativo Tizen, una plataforma de la propia Samsung que ha terminado convirtiéndose en el protagonista de la compañía en su estrategia de productos de electrónica "vestible". A diferencia de versiones anteriores, es un reloj compatible con cualquier teléfono Android con versión 4.4 del sistema operativo y 1,5 GB de RAM (no tiene por qué estar fabricado por Samsung). Hay una versión que puede funcionar también de forma independiente, sin tener que permanecer emparejado a un teléfono.
La empresa coreana ha creado dos modelos. Uno deportivo, con correa de plástico y que se venderá por 349 euros y otro más clásico que costará 379 euros (las versiones con conexión 3G, esas que pueden funcionar de forma "independiente", serán más caras pero aún no hay precio oficial).
Tras la presentación oficial he podido utilizar varias unidades de demostración. Unos pocos minutos no es tiempo suficiente para tener una idea clara del producto pero la primera impresión es muy buena. Es un reloj bien diseñado y con interesantes guiños, de esos que deleitan, en la experiencia de uso. No hay rastro de las extravagancias de modelos anteriores como la cámara de fotos en la correa o las enormes pantallas curvas.
¿Cuáles son las grandes incógnitas del Gear S2?
La primera es la autonomía. Samsung ha creado un dispositivo mucho menos voluminoso que otras alternativas del mercado. Una caja más pequeña significa también menos batería. La compañía no ha dicho cada cuánto será necesario recargar el dispositivo.
La segunda es la velocidad. Las unidades de demostración que pudimos probar tras la presentación del producto eran muy fluidas pero toda la información que se podía consultar estaba preinstalada en el reloj. La conexión Bluetooth con el teléfono -la forma en la que el reloj intercambia datos y se conecta a la red- podría hacer que la consulta de, por ejemplo, el tiempo o un mapa, no fuera tan fluida.
Y la tercera es que Samsung tiene que demostrar que con Tizen será capaz de ganarse el apoyo de los desarrolladores. Android Wear -el principal rival de este Gear S2- tiene ya un amplio catálogo de aplicaciones disponibles y cuenta con la bendición de Google, un detalles importante a la hora de integrarse bien con ciertos servicios, como Google Maps o Google Now. Sólo el tiempo dirá si esa bendición es necesaria o prescindible.
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