lunes, 19 de octubre de 2015

Alan Rangel nuevo masterchef México,... Historia de superación!

La intuición ganó a la poderosa madre iglesia en los fogones de la primera edición de MasterChef México. Alan Rangel, lavaplatos de 25 años, superó a la hermana Flor, una monja que quería llevarse el premio para salvar a su convento de la ruina, con más olfato que academia en la cocina. Rangel venció por puro instinto, como un Picasso salido de las cavernas.
Alan ganó un lugar en el concurso con una carne de venado con puré de papa y camote (boniato) y salsa de chile morita, un platillo que nunca había preparado. “Me dijeron que [el venado] era duro”, les dijo a los jueces que no daban crédito.

En cada programa, Alan sorprendía con sus creaciones que, a veces, ni él mismo sabía por qué preparaba. El joven, que trabaja desde los 13 años para ayudar a su madre, presentó un platillo decorado con azafrán; cuando los chefs le dijeron que la especia es una de las más apreciadas y caras del mundo como para adornar un plato el joven solo atinó a responder “creí que eran chiles”.

La observación es otro de los fuertes de Alan. Desde que comenzó en un restaurante de Guadalajara fregado y secando platos, el tapatío recuerda que se apresuraba a acabar pronto con su trabajo para poder ayudar en la cocina cortando verdura. Los chefs se lo reconocieron en la final. “Te hemos visto desde arriba, observando, observando”, le dijo la chef Betty Vázquez.

La prueba final de Alan, que estuvo a punto de salir del programa en seis ocasiones, fue un menú mexicano de tres tiempos en el que presentó como entrada tacos de acociles (gusanos), un chile relleno de langosta con salsa de huitlacoche (un hongo del maíz) y piñones de plato fuerte y un tamal de elote con pasas como postre.

¡Con mucha felicidad les presentamos al primer MasterChef de México! #ChedrauiPresenta@ChedrauiOficial http://t.co/2cdO2grVEo— TV Azteca (@Azteca) October 19, 2015

Hay algo de cenicienta en Alan. “Es tanta la emoción que no alcanzo a asimilar [la victoria] todavía”, dijo Alan tras el triunfo. Además del millón de pesos que ganó (60.700 dólares) y la publicación de un libro de recetas, el tapatío tiene una oferta laboral con el chef Adrián Herrera, juez del programa, en su fonda San Francisco en Nuevo León.

La hermana Flor, la gran favorita de las redes sociales, no consiguió conquistar a los jueces con su menú de tostadas de ceviche, pechuga rellena de espinacas y un pastel de limón con nuez.

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