domingo, 10 de abril de 2016

Grupo de científicos logran en ratones con Alzheimer recuperan sus recuerdos.

Los recuerdos que parecen y desaparecer cuando un paciente tiene el mal de Alzheimer quizás no hayan desaparecido para siempre. Un equipo de investigadores ha demostrado que se pueden recuperar.
Liderado por Susumu Tonegawa en el Centro para Genética de Circuitos Neurales, el equipo ha usado con éxito una técnica llamada optogenética para recuperar recuerdos en ratones de laboratorio que padecen de Alzheimer. Esto indica que la enfermedad afecta la recuperación de recuerdos y no la información en sí o su almacenamiento. También muestra promesas de que el mal puede ser reversible en los seres humanos.

La optogenética es una técnica invasiva en que se dirigen rayos de luz precisos a células ya marcadas genéticamente. Esto puede usarse para controlar la actividad neural, pero en estos momentos no se usa en seres humanos.

"Esto es prueba de un concepto", dijo Susumu en un comunicado. "Incluso si un recuerdo parece haberse perdido, todavía está ahí. Es cuestión de cómo recuperarlo".

El equipo determinó que las espinas dendríticas son esenciales para la recuperación de recuerdos, al menos en los ratones. Estas pequeñas protuberancias de las neuronas son responsables de formar conexiones sinápticas. Por lo general, la espina dendrítica se forma de manera natural cuando se genera un nuevo recuerdo.

En el caso de los ratones con Alzheimer, estas espinas dendríticas se reducen a medida que la enfermedad avanza. Mediante la estimulación con luz con una fibra óptica, el equipo pudo lograr que las espinas dendríticas volvieran a crecer, y los ratones recuperaron sus recuerdos.

En particular, el equipo colocó tanto los ratones con Alzheimer como un grupo de control en una cámara, donde recibieron un pequeño shock eléctrico. Una hora después, ambos grupos reaccionaron con temor a la cámara. Sin embargo, varios días después, sólo el grupo de control reaccionó con temor, lo que indicaba que los ratones con Alzheimer se habían olvidado del susto.

El equipo usó virus para marcar las células cerebrales activas cuando los ratones se asustaban, lo que permitió a los investigadores identificar visualmente las neuronas relacionadas con los recuerdos. Un segundo virus sensibilizó esas neuronas a la luz, y cuando el equipo activó esas células con luz, los ratones con Alzheimer mostraron temor.

"La activación de las células que creemos guardan los recuerdos les permite recuperarlos", dijo el autor principal del estudio, Dheeraj Roy. "Esto sugiere que es un problema de acceso a la información, no que no puedan aprender o almacenar este recuerdo".

Sin embargo, los recuerdos activados por este método se perdieron en el lapso de un día. Fue entonces que el equipo vinculó la pérdida de la memoria con la pérdida de las espinas dendríticas.

El siguiente paso fue usar pulsos de luz de alta frecuencia para estimular el crecimiento de las espinas dendríticas, y los investigadores pudieron aumentar su número hasta que los resultado eran iguales a los del grupo de control. Además, la respuesta de temor a la cámara regresó y se mantuvo durante un máximo de seis días.

No obstante, si se trata con pulsos de luz una parte demasiado grande del cerebro, no funciona. Esto sugiere que cualquier tratamiento de esta naturaleza debe ser muy preciso y específico. Aunque la optogenética es capaz de llegar a este nivel de precisión, es demasiado invasiva para los seres humanos, puesto que se debe iluminar el cerebro. La estimulación cerebral profunda, que sí puede usarse en los seres humanos, sencillamente no es lo suficientemente precisa.

"Es posible que en el futuro esta tecnología pueda desarrollarse para activar o desactivar células cerebrales, como el hipocampo o la corteza entorrinal, con más precisión", dijo Tonegawa. "La investigación básica de este estudio ofrece información sobre los grupos de células específicas que deben tratarse, algo crítico para futuros tratamientos y tecnologías".

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